Al llegar a la parcela de Gerzón Danducho, selva de Chiriaco – Amazonas van apareciendo grandes estanques de agua verde. Una vista simple no se ven pero ahí está debajo de las millas de gamitanas, pacos, bocachicos y paiches. «Ahí están las mamás, las reproductoras», indica Gerzón. Este awajún, físico de profesión hace 15 años, tuvo el sueño loco de hacer piscicultura con la ayuda de la energía solar.
La piscicultura es todo un arte de precisión, ya que para la reproducción artificial las larvas de los peces necesitan agua a una temperatura constante para poder desarrollarse. Pero en la selva durante el día se dan constantes variaciones de temperatura, de 20 grados en la noche hasta 30 al mediodía. De ahí la dificultad: ¿cómo llegar a obtener agua con temperatura permanente?
El panel solar sirve para alimentar de energía el sistema de sensores, para que el funcionamiento sea exitoso. Este ingenioso sistema le ha permitido a Gerzón tener mucho éxito en su crianza. “El año pasado crió 17’000 peces. ¡En dos meses vendió todo el pescado! La gente venía a comprar casi unos 50 kilos diarios ”. Ahora Gerzón ha creado su empresa donde emplea unas 10 personas y espera poder patentar su sistema de sensores. Él ve esta actividad como una alternativa para generar ingresos sin contaminar el medio ambiente.
Antes habían peces en el río Chiriaco, todo el mundo pescaba. Ahora el río está contaminado por el derrame de petróleo. Algunos se dedican a la minería ilegal, pero yo veo que es una ilusión, un día el oro se acaba. Con la piscicultura generada en un ingreso con los recursos que están allí: trabajas con el agua que está disponible, ya no hay más bosques primarios, inclusive puedes reforestar alrededor de tus estanques.
Gerzón quisiera incentivar a más comunidades respondiendo este modelo de emprendimiento sostenible, y pueden tener una mejor relación con el ambiente en sus actividades.
Algunos metros más allá, se encuentra la casa de la mamá de Gerzón, y nos comentan que en este hace tiempo que no se paga recibos de luz. Los dos paneles fotovoltaicos instalados en el techo instalado energía suficiente para cosas básicas, como el televisor, la computadora portátil, cargar los teléfonos móviles y utilizar los electrodomésticos.
Lo maravilloso de la energía renovable es que ya no estás preocupado de correr a pagar tu recibo, o que te vayan a cortar la luz. El sol es gratis, solo Dios nos podría cobrar.
Gerzón estima la inversión inicial de 1050 soles en un sistema fotovoltaico para una casa, que consta de un kit básico; panel solar de 80 vatios, batería y controlador, más los cables y focos. Parece una inversión cara al inicio, pero los paneles solares duran entre 15-20 años, con un mantenimiento adecuado, tiempo en la energía de la calidad nos abastecemos es completamente gratis.
Este aficionado de la energía renovable abre posibilidades para los hogares en la selva donde no ha llegado la electricidad. “No hay que esperar al Estado. Recomendaría que las comunidades ahorren para comprar paneles, que nos consulten para la instalación. Es un orgullo tener energía renovable, tenemos nuestro sol que nos da energía sin afectar a nadie».