Esta semana participamos en el Diálogo Social “¿Qué significa la Transición Energética Justa para el Perú?”. En este evento, Augusto Duran, Coordinador regional para el Tratado sobre Combustibles Fósiles desde MOCICC, remarcó la importancia de incluir las luchas sociales y de derechos humanos dentro del debate sobre transición energética. Este llamado es esencial, debido a los pasivos que los combustibles fósiles han dejado desde el inicio de su explotación a las poblaciones y territorios.
Durante el diálogo, compartimos nuestra perspectiva con representantes de organizaciones sociales e instituciones de la sociedad civil, subrayando la importancia de que la transición energética no solo debe ser justa, sino también popular. Para esto es necesario generar un cambio estructural a corto, mediano y largo plazo en los sistemas energéticos, cambiando los combustibles fósiles, que son responsables del 86% de emisiones de Gases de Efecto Invernadero, por otras fuentes que no generen ni exporten emisiones.
Sin embargo, los modelos de transición energética actual replican el modelo hegemónico, respondiendo a la visión de desarrollo del norte global, con una mirada y lógica colonialista hacia las poblaciones y territorios del sur. Siguiendo esta tendencia, estos modelos incrementan la desigualdad y se hacen de un modo impositivo, sin responder a las dinámicas territoriales.
Por eso, es necesario hacer una transición energética con un carácter justo y popular, teniendo como prioridad las necesidades y bienestar de la población, antes que las ganancias de las grandes industrias y grupos económicos. Para ello es necesario enfatizar la forma en que se debe desarrollar este nuevo modelo de transición.
Desde el Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC), estamos convencidos que la transición energética es un proceso integral que debe abordar el derecho a la energía, la promoción de nuevos modelos de generación con democracia en la toma de decisiones y respeto a la soberanía de las poblaciones locales. De esta forma, busca generar oportunidades de trabajo digno para las poblaciones y territorios donde se produce la energía.