Romina Rivera, coordinadora del Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático, participó del Congreso Mujeres y ríos que se realizó en Nepal. Durante varios días se reflexionó sobre aspectos como biodiversidad, luchas sociales, interculturalidad y la importancia del agua y los ríos. Al terminar se elaboró un un documento que puede resumirse en el siguiente texto que fue publicado en la web del congreso:
«Del 7 al 9 de marzo de 2019, 98 mujeres activistas, miembros de comunidades, investigadores, profesionales y periodistas que representan a 32 países y continentes habitados en el mundo, se han congregado en Nepal para el primer Congreso Mujeres y los Ríos. Nos hemos reunido para reconocer y celebrar a las mujeres como líderes y guardianes de los ríos y los ecosistemas de agua dulce. Estamos aquí para elevar las voces de las mujeres, construir alianzas y para aprender y fortalecernos las unas a las otras a través de nuestras luchas e iniciativas.
El agua es vida. Los ríos sostienen la vida humana y a todos los ecosistemas y biodiversidad de la tierra. Los ríos son nuestros bienes globales; nos pertenecen a todos, así como a las generaciones futuras. Para las mujeres, los ríos son nuestras almas. Como recolectoras del agua, campesinas, cuidadoras y administradoras de recursos naturales, la relación de las mujeres con el agua es fundamental a lo largo del ciclo de la vida, y sin embargo dicha relación es muchas veces invisibilizada.
En todas partes, los ríos, manantiales y ecosistemas de agua dulce están siendo destruidos, desviados y degradados por represas, contaminación, plantaciones y sobre explotación. Los ríos están amenazados por un desarrollo con infraestructura a gran escala orientada a la ganancia, que ignora u obscurece el conocimiento local e indígena, la cultura y las formas de vida. Estas amenazas socavan las relaciones de las mujeres con nuestros recursos compartidos al privilegiar los valores económicos por encima de los ecológicos, espirituales y tradicionales.
En estos tiempos de crisis climatológica, inundaciones y sequias, así como escasez de agua, la protección de los ríos y de las personas de las amenazas existenciales es más que nunca urgente. Honramos a las mujeres que han dado sus vidas a la lucha para salvar nuestros ríos y bienes ambientales para todos aquellos que dependemos de ellos. Estamos hombro con hombro con las mujeres que han sido lideresas de este movimiento por largo tiempo y celebramos sus logros. Unimos nuestras manos con comunidades locales e indígenas que siguen enfrentando gran peligro al salvaguardar su agua y territorios. Reconocemos que esta es una lucha a largo plazo y refrendamos nuestro compromiso de apoyarnos las unas a las otras y de darle la bienvenida a otros activistas comprometidos con nuestro movimiento.
Estamos unidas en solidaridad. Nos comprometemos a continuar nuestra lucha para proteger a los ríos libres, tierras, bosques y a los territorios que sostienen, para asegurar el liderazgo de las mujeres en la toma de decisiones en todos los niveles con respecto a los recursos de agua dulce y para fortalecer y construir nuestro movimiento, por el futuro de nosotras como mujeres, nuestras familias y comunidades, nuestros ríos y nuestro planeta.»