Uniformados e identificados con sus implementos, y portando un gran compromiso de servir a su pueblo, salen de casa a controlar los caminos de ingreso a sus distritos y regiones, cumpliendo con el aislamiento social dictado frente a la amenaza que supone el COVID-19. Las rondas campesinas, una vez más, demuestran ser quiénes tienen la autoridad en sus territorios, ejerciciendo sus funciones de gobierno, seguridad y control, adicionales a su histórico rol de justicia.
Desde el inicio de la cuarentena establecida a mediados de marzo, los ronderos decidieron apoyar en el control de la población para evitar la propagación de los contagios, pues “teniendo en cuenta la cantidad de la población el trabajo de los policías y militares es insuficiente”, explica Santos Saavedra, presidente de la Central Única Nacional de Rondas Campesinas del Perú (CUNARC-P).
El dirigente rondero, recuerda que las rondas campesinas han ejercido el control y seguridad en sus pueblos durante 40 años; y se encuentran amparadas bajo la constitución política y la Ley de Rondas Campesinas (Ley 27908) que les permite actuar en el marco de la justicia intercultural. Esta vez, se articulan para garantizar la integridad física y la salud de sus lugares de origen, con el mismo compromiso con el que antes han asumido la defensa ambiental.
Además de asegurar la inmovilización social, las rondas han sido encargadas de concientizar a la población sobre la enfermedad en las zonas rurales; el control de ingreso a provincias, comunidades y distritos. E incluso la fiscalización del reparto de víveres y canastas de parte del Estado a las familias en situación de vulnerabilidad.
Déficit y desconocimiento
La Cunarc-P, presente en 17 regiones del país, decidió acatar las medidas y asumir el control territorial, en coordinación con las autoridades políticas, militares, policiales y profesionales de la salud.
Sin embargo, no en todos los lugares, las autoridades conocen la legalidad que ampara a las rondas y la legitimidad que tienen en sus territorios, lo que contribuye al éxito de la estrategia de salud planteada. Así, han ocurrido casos de discriminación, detención e incluso tortura de ronderos/as.
Estos hechos ocurrieron en Piura, Lambayeque, San Martín, Cajamarca y Huánuco, como consta en una carta enviada al presidente Martín Vizcarra, y a los Ministerios del Interior, de Defensa, la Fiscalía de la Nación y el Congreso de la República. En el documento solicitan además una coordinación unificada, para asegurar que sus pueblos, provincias y regiones cumplan las medidas establecidas y que se sancionen los casos de abuso de autoridad contra los ronderos.
“Existe preocupación porque el Estado tiene funcionarios que ignoran y desconocen las funciones de las rondas”, indica Saavedra. El dirigente señala también que la emergencia sanitaria se dio cuando el país no estaba preparado para afrontarlo.
Solo en algunas municipalidades donde se han conformado comités provinciales o distritales frente al coronavirus, se ha convocado a distintos actores sociales, incluyendo las rondas, para brindar seguridad sobre la población.
Preparación y logística
Hasta el momento no se han reportado ronderos contagiados por COVID-19. Sin embargo, Santos señala que podrían darse casos, debido a que tampoco han tenido acceso a las pruebas rápidas.
Para poder proveer de seguridad a los ronderos mientras ejercen sus funciones, se realizó la coordinación con los profesionales de la salud de cada lugar; además de emitir lineamientos para guiar la acción de los ronderos en el marco de la emergencia sanitaria y prever contagios.
La dirigencia rondera muestra preocupación porque incluso los policías se han convertido en transmisores del virus. Por ello, una de sus demandas es que en los lugares controlados por las rondas, se evite la rotación policial y militar.
Una de sus últimas acciones, ha sido elaborar un protocolo de actuación para situaciones en el contexto de emergencia sanitaria. Saavedra considera que el Estado debiera reconocer la labor de las rondas campesinas, pues se trata de “un aporte anónimo, solidario y patriótico, la población es el mejor testigo”
Atentos a abusos de poder y degradación ambiental
“Estamos preocupados por nuestros hermanos que han migrado y que ahora se encuentran sin medios de subsistencia y sin alimentos”, señala Saavedra sobre las personas que ansían retornar a sus lugares de origen; y señalan que se debiera considerar acciones que tengan como enfoque el lado humanitario, ya que “la gente está yendo a refugiarse de la pandemia y por el hambre”.
Además, recalca que si ahora se puede enfrentar la pandemia desde las casas es gracias a las luchas de los pueblos por el agua y la preservación de los ríos. “No habrá salud sin agua, sin agricultura. Tenemos que cuidar nuestros bienes comunes de la voracidad de las empresas”, explica el dirigente.
El presidente de la CUNARC-P expresa preocupación por las medidas económicas que vendrán luego de la emergencia sanitaria. “El Estado peruano va a mirar hacia la naturaleza y va a ser un grave daño hacia la humanidad, no nos estamos sabiendo comportar con la naturaleza y eso va a generar mayores problemas”, reflexiona.
Saavedra señala que las medidas actuales han descubierto las brechas que se mantenían ocultas, la desigualdad, pobreza y las carencias en las que vive el país. “No se puede continuar con este mismo sistema. La cosa está para reflexionar profundamente, en 200 años con tanta riqueza y no podemos hacer frente a esta pandemia, necesitamos repensar cómo hemos estado actuando”, finaliza.
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