Por Antonio Zambrano Allende, Coordinador Nacional del MOCICC
Perú tiene 199 años de independencia y la promesa de la democracia aún se encuentra en un largo camino de incumplimientos y dilaciones. El petróleo sigue sin cumplir su promesa de desarrollo luego de más de medio siglo de explotación en nuestra amazonía y hoy amenaza con hacer lo mismo con una cantidad aún mayor de pescadores artesanales en el litoral, imponiendo lotes de petróleo en el océano, aquel que Grau defendió con su vida para las generaciones futuras.
Luego de tres décadas en que se ha hecho despliegue del discurso de desarrollo a través de la “minería responsable” y la extracción de petróleo “moderno”, vivimos en los últimos años (muchísimo antes de la pandemia) un pico histórico de derrames intensos. También hay una mayor cantidad de pasivos ambientales registrados por el Estado, sin remediación y sin el presupuesto privado o público para encargarse de estos conflictos ocasionados directamente por la gran inversión.
El discurso de 28 de Julio del 2020 del presidente Martín Vizcarra no se ha apartado de este dogma del crecimiento infinito y la inversión a toda costa. Contra al debate global de transición ecológica, los gobiernos se encierran en la promoción de proyectos rechazados técnica y socialmente como el proyecto minero Tía María, que ha mantenido al sur andino en estado de emergencia y suspensión de derechos por años.
No existen grandes cambios en la ruta que señala el discurso del presidente para los próximos meses. Todo lo contrario, la amenaza de “militarización-con-COVID” en territorios en resistencia ya es inminente; y la pandemización de la política se convierte en una amenaza directa a la democracia. Es imprescindible, tanto por nuestra salud, nuestro ambiente y el futuro de los nuestros alzar la voz y demostrar lo que realmente dice este discurso, viejo y lleno de vicios del pasado que debe extinguirse antes de que este sea el que nos extinga a nosotros.
Este bicentenario de la República debemos vivirlo en plena construcción de una propuesta transformadora que modifique los cimientos de nuestra producción y aporte la perspectiva nacional de una transición ecológica que beneficie a todos los ciudadanos, que respete sus derechos y proteja sus territorios en armonía con la naturaleza.