En octubre de 2024, se llevó a cabo la Escuela Temática Virtual organizada por MOCICC, con la participación de Liliana Miranda, Autora Líder del 6to Informe de Evaluación del Grupo 2 del IPCC sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad, y Directora Ejecutiva del Foro Ciudades para la Vida.
Esta iniciativa formó parte de nuestras acciones para fortalecer las capacidades locales frente a la crisis climática. La Escuela, compuesta por tres sesiones virtuales desarrolladas los días 9, 10 y 24 de octubre, reunió a activistas y ciudadanos y ciudadanas comprometidos con el cambio climático en sus comunidades.
Contenido de las sesiones
Una mirada local a la crisis climática: en esta sesión se analizaron los desafíos que enfrenta el país frente al cambio climático, abordando los impactos desde un enfoque territorial y destacando la importancia de las acciones locales.
Identificación de impactos locales-municipales: se discutió cómo las comunidades y municipios pueden identificar y priorizar los peligros climáticos que afectan sus territorios. Entre ellos se incluyen olas de calor, sequías, huaycos, lluvias intensas, nevadas, granizos, aumento del nivel del mar, vientos fuertes, tornados, huracanes, olas de frío, heladas y friajes. Este enfoque busca fomentar una gestión informada y participativa que permita articular soluciones adaptativas desde los gobiernos locales.
Políticas públicas locales para la adaptación: la última sesión abordó cómo diseñar estrategias y políticas públicas inclusivas que fortalezcan la resiliencia local. El concepto de adaptación fue clave: mejorar nuestra capacidad de respuesta para disminuir pérdidas y daños, aprovechando oportunidades en el proceso. Además, se destacó la importancia de entender la vulnerabilidad como el grado de exposición y sensibilidad ante peligros, según los escenarios de calentamiento global.
Un espacio para transformar realidades
La Escuela Temática Virtual reafirmó el rol de las comunidades locales como protagonistas en la lucha contra la crisis climática. Este enfoque fomenta la articulación de esfuerzos con actores regionales e internacionales, promoviendo soluciones sostenibles y de largo plazo.
Espacios de formación como esta escuela evidencia la importancia de fortalecer las capacidades locales frente a la crisis climática, promoviendo el intercambio de conocimientos y el diseño de estrategias concretas para la adaptación y resiliencia.