El gobierno declaró en emergencia 29 distritos de Amazonas por problemas de lluvias hace poco. Los fenómenos naturales en la zona han causado huaycos y deslizamientos en la zona, poniendo en riesgo a la población. En otras partes del Perú, la agricultura se ha visto afectada por sequías o por problemas de retraso de lluvias. El cambio climático afecta los ciclos del agua.
América Latina y el Caribe es, según datos del Banco Mundial, es la región que más agua dulce tiene en el mundo, el 31% del total disponible. Sin embargo, el cambio climático está afectado severamente los ciclos.
De acuerdo a varios estudios, la Cordillera Negra en Ancash es una de las más afectadas por el retroceso de los glaciares. “Se tiene más o menos 80 kilómetros cuadrados de superficie glaciar que se habrían perdido en la Cordillera Central desde 1962, y en un cálculo sencillo, tomando en cuenta la densidad del hielo y el espesor del glaciar promedio de 40 metros, nos arroja un volumen de agua que habría ido hacia el mar, de aproximadamente 3 mil millones de metros cúbicos, lo que significaría aproximadamente 5 años de abastecimiento de agua para la población de Lima”, explicó Ricardo Villanueva, Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem) a la Agencia Andina.
La Autoridad Nacional del Agua, afirma que hay múltiples consecuencias derivadas del aumento en la temperatura y la variabilidad del clima prevén escenarios como el Ciclo hidrológico afectado. Se podrían presentar alteraciones en la periodicidad, magnitud y duración de precipitaciones y escurrimientos. También, mayores riesgos por falta de agua: sequías, desertificación, olas de calor, pérdida de ecosistemas, disminución en la humedad del suelo, contaminación por intrusión salina y menor recarga de los acuíferos.
Otros efectos incluyen, mayores riesgos por exceso de agua: inundaciones, huracanes, precipitaciones más intensas, erosión, deslaves y movimientos de tierra. Las áreas costeras de poca elevación se verían más expuestas a inundaciones y mareas. A consecuencia de ello, se daría un incremento de enfermedades infecciosas relacionadas con el agua, como el dengue y la malaria. Finalmente, mayor estrés y desgaste de la infraestructura hidráulica y afectaciones a los cultivos.
En agricultura, la alteración de lluvias y la intensidad de los ciclos han traído problemas este año. En Cusco los agricultores se movilizaron en febrero por la pérdida de sus cosechas. Cabe resaltar, que en la agricultura familiar laboran más de 3.8 millones de trabajadores y trabajadoras. Estos productores proporcionan más del 70 % de los alimentos a la población peruana.
Solo este año, se declaró en emergencia 40 distritos en la región de Arequipa por lluvias y huaicos que afectaron a los agricultores. En Cusco, los agricultores solicitaron en reiteradas ocasiones que se declare en emergencia el agro. «Yo tengo dos topos y me dedico al cultivo de maíz, la sequía no ha dejado que la planta se desarrolle como debería, encima vino la helada y lo quemó todo, solo tenemos palos y hojas secas en nuestras chacras, pedimos que nos ayuden, que se declare el agro en emergencia», citó Benedicto Ccoa, poblador cusqueño al diario Correo.