El tiempo se está acabando y crece la tensión entre los encargados de lograr el acuerdo climático más importante de la historia.
Por Jorge Meneses
El día de ayer a las 3 de la tarde (hora francés) se presentó el nuevo borrador de que sería el Acuerdo de París. El texto se redujo de 43 a 29 páginas, y se eliminaron casi tres cuartas partes las opciones en discusión. Sin embargo, los temas de fondo siguen sin avances significativos.
Por otra parte, crece el consenso para incluir en el texto la referencia a limitar la temperatura por debajo de los 1,5 C. Sin embargo, esto sería a expensas de incluir los mecanismos que permitirían cumplir con dicha meta. Por ejemplo, no hay claridad en cómo se definiría un proceso para aumentar la ambición de los INDC antes del 2020, factor fundamental ya que los actuales compromisos climáticos nos llevarían a un aumento de la temperatura cercano a los 3°C a fines de este siglo.
Otro tema sin mayores avances es el referido a la diferenciación. El borrador del Acuerdo no específica como se traduciría esta diferenciación y que para muchos países es fundamental. Este es el principal punto de discusión entre los países del norte industrializado y el sur en desarrollo. Tampoco hay mayores avances en el mecanismo de Pérdidas y Daños, respecto a sí el mismo no incluiría mecanismos de compensación (posición de EEUU). La posición de muchos países vulnerables es que debe garantizar la compensación, y para muchos de ellos es una línea roja.
La reacción de las partes ha sido diversa. Todos han reconocido el esfuerzo puesto en sacar el documento pero destacan los puntos en divergencia. La reacción de la sociedad civil no se hizo esperar. Esa misma tarde se organizó una “sentada” donde participaron cientos de observadores frente a los salones de la plenaria. Cantando “Somos indetenibles, otro mundo es posible” exigían a los ministros, reunidos en una de la plenaria, que tomen un acuerdo que permita lograr una justicia climática.
El tiempo se está acabando y eso se empieza a sentir en las instalaciones ubicadas en Le Bourget. El número de acciones de la sociedad civil aumenta y se empieza a sentir más tensión entre los encargados de lograr el acuerdo climático más importante de la historia.
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