Comunicado CAN América Latina, CLARA y otras Organizaciones para la Secretaría de la
CMNUCC, Presidencia Oficial de COP 25 – Gobierno de Chile y el Gobierno de España.
Antecedentes
La COP 25 fue anunciada como una COP Latinoamericana, originalmente presidida por Brasil. En consonancia con su posición respecto del cambio climático y en reiterativo accionar de ignorar la voz de los pueblos indígenas y de la sociedad civil, el actual Presidente Jair Bolsonaro decidió rechazar la invitación. Chile, ofreció recibir la COP 25, asumiendo la Presidencia oficial. Una de los principales objetivos de este evento fue la participación abierta y transparente de la sociedad civil. Para lograrlo, representantes de SC formaron parte del comité de la COP25, el grupo SCAC
(Sociedad Civil por la Acción Climática) generó los espacios de la cumbre ambiental de la sociedad civil y se diseñó una zona verde abierta a todos.
A pesar de la difícil situación política en Chile, en la reunión del comité de la COP25 celebrada el 25 de octubre, las OSC argumentaron que la conferencia debía permanecer en Santiago como una oportunidad para reconocer y discutir abiertamente los temas ambientales que son centrales para los problemas socioeconómicos que Chile está experimentando. Tras esa reunión, el gobierno chileno confirmó que la COP25 continuaría según lo previsto. Sin embargo, el 30 de octubre, sin participación ni consulta de las OSC, el gobierno anunció que no sería anfitrión de la COP 25 en Santiago. Dos días después, la CMNUCC confirmó que se celebraría en Madrid.
Postura de CAN América Latina, CLARA y otras organizaciones. CLARA (Climate Land Ambition and Rights Alliance) y CAN América Latina (Climate Action Network), Asociación Ambiente y Sociedad, La Ruta del Clima y MOCICC (Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático), ven esta decisión como un ejemplo de total falta de transparencia y participación efectiva de las SC y los pueblos indígenas en los procesos y acciones de cambio climático. Existe una absoluta ausencia de empatía y reconocimiento a los esfuerzos, tiempo y recursos invertidos por las ONG, grupos locales y regionales de jóvenes, mujeres y trabajadores, para diseñar espacios y estrategias que sensibilizaran a la comunidad internacional acerca de las realidades ambientales y sociales del cambio climático en Chile y América Latina.
Esta situación también pone en evidencia las circunstancias nacionales y regionales a las que se enfrentan los países latinoamericanos en su lucha contra el cambio climático. La inestabilidad política de la región es una realidad, la cual ha sido causada parcialmente por las profundas inequidades socioeconómicas y ambientales generadas por el modelo de desarrollo extractivo que causa presión sobre los territorios, comunidades locales, pueblos indígenas, ciudadanos, los recursos y el clima. CLARA, CAN América Latina y las otras organizaciones, presentan su preocupación por el hecho de que procesos como la planificación y el desarrollo de la NDC y la descarbonización, tengan lugar en este contexto, en donde los derechos humanos, la participación y la transparencia no siempre están garantizados. A medida que los impactos del cambio climático se vuelvan más impredecibles y aumente su intensidad y cobertura, estas tensiones y problemas socio ambientales aumentarán, tal y como el IPCC lo ha mencionado en sus reportes sobre Tierras y 1.5 Grados.
La reubicación de la COP 25 en Madrid es bienvenida por CLARA, CAN América Latina y las otras organizaciones como una señal positiva de los gobiernos y de la CMNUCC para continuar con los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático, sin embargo, surgen muchas preocupaciones y preguntas. Por tanto, solicitamos a la Secretaría de la CMNUCC, la Presidencia oficial de la COP 25 en cabeza de Chile y al Gobierno de España, tomar acciones sobre los siguientes temas:
– El SCAC y la Cumbre de los Pueblos seguirán celebrándose en Santiago. La participación de estos espacios en la COP oficial debe ser garantizada como una forma de reconocer sus esfuerzos y como una oportunidad para mejorar la participación de la sociedad civil y los pueblos indígenas independientemente de su ubicación.
– La reubicación implica una reprogramación de vuelos, para muchas organizaciones esto hará imposible su participación. Los gastos de cancelación deben ser cubiertos o eliminados por las compañías aéreas, y apreciamos la asistencia del Secretariado de la CMNUCC al monitorear la recuperación de los costos incurridos por parte de las organizaciones Observadoras. Especialmente, los requerimientos de visado y otros esfuerzos deben hacerse para garantizar la participación de la sociedad civil, los pueblos indígenas y las comunidades locales de América Latina, África y Asia.
– Firmar y respetar el Acuerdo de Escazú es una oportunidad para que los gobiernos latinoamericanos muestren su compromiso real con la lucha contra el cambio climático y su
respeto hacia la sociedad civil, los pueblos indígenas y las comunidades locales, quienes luchan por el medio ambiente.
– La COP 25 debe permanecer como una COP Latinoamericana. Las circunstancias y la historia de los pueblos indígenas deben respetarse y tenerse en cuenta en las circunstancias
actuales.
– Los gobiernos deben recordar la urgencia de tomar medidas reales para hacer frente a las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse al cambio climático en sus territorios, no sólo para reubicar una reunión. Ya se ha determinado lo que es necesario hacer para hacer frente al cambio climático, los debates y las reuniones en esta materia no son ni deben ser el centro de atención de este proceso.
– Esperamos que esta situación ayude a la comunidad internacional a comprender y comprometerse con la realidad a la que se enfrentan los países del Sur Global. Esta debería ser una oportunidad para poner en práctica el principio del Acuerdo de París «Responsabilidades comunes pero diferenciadas» de los países y los ODS «No dejar a nadie atrás».
Foto abridora: MOCICC